10/01/2010

¿Listo para el mercado laboral?

El mundo del trabajo está cambiando muy rápido. Lo vemos cada día en
las noticias que nos cuentan de gigantes bancarios que tambalean o de
grandes multinacionales que recortan miles de empleos. Perú parece que
todavía seguirán creciendo algo este año, pero eso no significa que el
panorama vaya a ser del todo fácil. La competencia por los mejores
trabajos será cada vez más dura. ¿Está listo para competir?

Lo primero que debe tener presente es que el mercado laboral está cada
vez más exigente. Ninguna empresa, y hoy menos que nunca, nos va a
mantener solo por ser trabajadores o leales. Nos tienen que considerar
un recurso estratégico, uno que genera valor, claro y concreto, cada
día de la semana. Por eso es clave saber bien cuál es el impacto de lo
que hacemos en la vida de la empresa. Es decir, estar bien alineado
con el jefe y con lo que espera de nuestro aporte concreto a los
resultados del negocio, con la misión de la organización y sus
estrategias. Y claro, contribuir activamente a ellos, sin excusas.

Como proveedores de servicios profesionales que somos, tenemos la
obligación de garantizar que la calidad de nuestros servicios sea la
más competitiva y por supuesto, ¡muy vigente!

Otro factor que debemos tener presente es que no existen indicadores
"peruanos". La regla con la que nos miden aquí, en términos de
nuestros indicadores de gestión, son internacionales. Eso significa
que no por estar en el Perú estamos protegidos de lo que pasa en el
resto del mundo. Lamentablemente, hay todavía mucha gente que piensa
que en el país no somos tan exigentes, que nos podemos dar el lujo de
estar un poquito más atrás o de saber o dar un poquito menos. Eso, hoy
más que nunca, es un error garrafal.

Es vital que seamos conscientes que todos estamos siendo medidos con
la misma vara con la que nos pueden medir en cualquier otro país del
mundo: sea Polonia, Estados Unidos, Alemania, Chile o Panamá. Por
tanto, los niveles de autoexigencia y empleabilidad que entreguemos
deben ser los mismos que en esos países. El mercado laboral no
solamente lo demanda, sino que lo exige.

Muchas veces, esa falta de una perspectiva, de la visión de un mundo
internacional, hace que muchos olviden que la competencia es
despiadada y, lamentablemente, nadie, salvo nosotros mismos y nuestra
capacidad para competir, puede protegernos.

Pero no basta solo con nuestro conocimiento. Debemos estar preparados
en nuestras "competencias soft" o como se denomina a aquellas
competencias que definen los rasgos de personalidad de un profesional.
Se trata no solamente de aquellas competencias ya mencionadas, como la
cultura de empleabilidad o la capacidad de liderazgo, sino también de
habilidades para la comunicación, la negociación, la política
organizacional, el manejo del cambio, el marketing personal, la ética,
la flexibilidad, la capacidad de innovación y la responsabilidad
social.

Definitivamente, las habilidades técnicas no son suficientes. Lo que
hace la diferencia entre un profesional y otro es aquel bagaje de
habilidades soft, de rasgos y competencias de personalidad y
habilidades para la vida que tienen unos frente a otros.

Al final del día, las empresas mantendrán en su equipo o contratarán a
aquellas personas que puedan hacer el trabajo, que están dispuestas a
hacerlo y cuyos valores encajen y sumen a la organización.

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